LUXACIÓN PRIMARIA DE CRISTALINO
(siglas en Inglés PLL)
Se produce cuando el ligamento suspensorio del cristalino se rompe de forma parcial -subluxación- o totalmente, haciendo que este se desplace de su posición normal, generando una luxación anterior o posterior.
En caso de luxación anterior, el cristalino ocupa la cámara anterior del ojo, empujando el iris hacia atrás y si es posterior, se posiciona en la cámara vítrea.
La luxación de cristalino puede clasificarse como primaria o secundaria:
Luxación primaria -de carácter hereditario- está causada por una debilidad de las zónulas del cristalino (ligamento suspensorio) que terminan rompiéndose a edades tempranas.
La luxación secundaria es debida a otras patologías oculares y/o traumatismos.
¿Qué signos podemos ver en nuestro perro que nos hagan sospechar que padece la enfermedad?
Estos son algunos de los que podemos identificar:
Dolor: veremos el ojo hundido, protrusión del tercer párpado y párpados cerrados.
Ojo rojo.
Edema: veremos una superficie ocular de una tonalidad blanquecina-grisácea.
Glaucoma: el animal puede presentar buftalmos -agrandamiento del globo ocular- pero hay que tener en cuenta de que el ojo puede tener un aspecto normal en sus fases iniciales, debiendo ser determinado por el veterinario. Debe tenerse en cuenta también los pequeños incrementos pasajeros de la presión intraocular que si no son controlados en su momento, pueden adelantar la aparición del proceso.
Pérdida de visión parcial o total.
Apatía: veremos a nuestro animal como triste, sin ganas de jugar o relacionarse.
Hoy en día podemos saber, gracias a un sencillo test genético, si nuestro perro padecerá la enfermedad -siempre hablando de la luxación primaria o hereditaria- a lo largo de su vida, ya que ha sido identificada una mutación en un gen que está asociado con el desarrollo de PLL en numerosas razas, entre ellas el Jack Russell Terrier.
Dependiendo de los resultados del test, nuestros perros serán calificados de la siguiente manera:
Libre: poseen dos copias normales de ADN. NO desarrollarán la enfermedad debido a la mutación genética -luxación primaria- aunque no significa que no puedan padecer luxación secundaria por otras causas.
Así mismo, NO transmitirán a la progenie el gen que la provoca. Serán lo que se denomina Libres por Parentesco.
Portador: poseen una copia de la mutación y una copia normal de ADN. La mayoría de los perros portadores no desarrollan la enfermedad durante su vida, pero existe un pequeño porcentaje que la pueden desarrollar. Estos perros pueden transmitir el gen con la mutación o no.
Afectado: poseen dos copias de la mutación, por lo que es muy probable que desarrollen la enfermedad a lo largo de su vida. Transmitirán a su vez el gen a la descendencia.
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